A L E G R Í A
Se acerca Navidad. Ya -en el ambiente- muchas cosas nos hablan de las celebraciones navideñas. Lástima que para muchos estos días son días de tensión, de preocupación, de estrés y muchas otras más cosas negativas.
He escuchado personas muy estresadas por las compras o porque no alcanza el dinero, porque no alcanza el tiempo para poner arbolito, nacimiento, preparar la cena, etc.
Hay personas que cuando pasa la Navidad “respiran” y descansan. ¡Lástima! Porque la Navidad es gozo, es alegría.
La Navidad debería ser tiempo de paz y la convertimos en tiempo de tensión; la Navidad debería ser tiempo de reflexión y la convertimos en tiempo de preocupación; la Navidad debería ser tiempo de encuentro con los demás y la convertimos en tiempo de pleitos y borracheras; la Navidad debería ser tiempo de compartir y la convertimos en tiempo de derrochar.
Hemos permitido que el consumismo nos destruya uno de los tiempos más hermosos del año. Hemos perdido el espíritu navideño y lo hemos cambiado por regalos caros. Hemos cambiado a Jesús por Santocolos, a Dios por una cena.
Aun estamos a tiempo de preparar esta Navidad como debe de ser. Aun podemos darle un giro a nuestros días y lograr que este año vivamos una Navidad con Jesús.
Las lecturas de este domingo nos invitan, precisamente, a vivir con alegría. A esperar al Señor con gozo; a alegrarnos porque el Señor está cerca.
Es importante preguntarnos ¿en dónde tengo puesta mi mirada? ¿qué significa para mí prepararme para Navidad? ¿Será comprar regalos, preparar la cena, alistar el vestido?
O mejor, como nos dice en el evangelio de hoy (Lc. 3, 10-18) San Juan Bautista: “El que tenga dos túnicas que dé una al que no tiene, y el que tenga comida, que haga lo mismo… No cobren más de lo establecido… No extorsionen a nadie…”
La invitación es a abrir el corazón, es disponernos para que Jesús nazca en nosotros. Navidad es Dios con nosotros, y no puede estar Dios con nosotros si no practicamos el amor, la fraternidad y la justicia. No puede nacer Jesús en mí si no soy capaz de preocuparme por el hermano, por el que sufre.
Jesús no puede nacer en un corazón que está más preocupado por el aguinaldo que por el hambriento. No puede estar Dios en un corazón que está más centrado en los regalos que en los hermanos. No puede haber Navidad en una persona que prepara el vestido pero no prepara el corazón.
¡No nos perdamos! ¡No dejemos que nos roben la Navidad! ¡Vivamos con gozo, con alegría y con paz estas fechas! ¡SON SÓLO UNA VEZ AL AÑO!
Vistamos el corazón de felicidad. Que ni el terrible tráfico de estos días, ni las largas filas nos hagan perder el espíritu navideño. Que ni las exigencias comerciales, ni los altos precios nos roben a Jesús del corazón.
Navidad es Jesús que viene, es Jesús que nace, es Dios con nosotros. Que no se nos olvide.
Que tengan muy buena semana. Que Dios lo bendiga a todos.
Su amigo
Padre Yaco
Este escrito me lo envío mi amigo Yaco y
como describe de manera tan exacta lo quise compartir,
Ya que yo no lo podía decir de mejor manera,
Sólo me resta agregar que les deseo de todo corazón
a todos ustedes que esta navidad se la hagan feliz
porque como bien saben, todo es cuestión de actitud.
Les mando muchos abrazos a cada uno.
Feliz navidad a todos:
"Amigos y enemigos"