
Antes cuando se me rompían las alas
tardaba años en recuperarme,
tenía que permanecer anclada en tierra firme
mucho tiempo, con mi miedo a volar.
Hoy no quiero presumir
que mis alas están nuevas,
por el contrario
pero hoy es diferente
porque puedo seguir volando
con mis alas rotas
¡No hay tiempo qué perder!