miércoles, diciembre 31, 2008

BRINDEMOS


¡Adiós 2008!
Gracias por todos los benditos momentos felices
gracias por todas las compañías alegres
gracias por las nuevas amistades
y las nuevas ideas
gracias hasta por los sinsabores
gracias por tantos abrazos
y por todo lo que recibí sin merecerlo;
lo verdaderamente importante es que lo termino
con una sonrisa en el alma
y el corazón agradecido
¡Bienvenido 2009!

Con todo lo nuevo que implicas,
con todos los lastres que me quitaré.
con todo lo bueno y lo malo
lo bello y lo feo
tu luz y tus sombras,
los recibo con un abrazo
y el corazón esperando.

¡Gracias Dios por tanto!
¡Gracias amigos por todo!










jueves, diciembre 18, 2008

EL HOMBRE QUE CANTABA VILLANCICOS


...Me ha hecho pensar en todo esto lo que me cuenta un amigo en una carta. Durante la pasada Navidad tuvo que padecer una seria operación en un hospital de Jaén y le asombró oír que en la habitación vecina a la suya alguien no cesaba de cantar villancicos.
Preguntó a la enfermera: "¿Quién es ese chota?". Y la enfermera, con rostro de complicidad, respondió: "¿Por qué lo pregunta: porque canta? Si yo le contara que el otro día, cuando le operamos, se durmió con la anestesia cantando un villancico y cuando volvió en sí, seguía aún cantándolo...". Y luego añadió: "No se preocupe, ya le conocerá".
Y, efectivamente, pronto mi amigo le conoció. Sintió que alguien llamaba a su puerta y que en ella aparecía alguien en una silla de ruedas, con la parte inferior del cuerpo tapada con una manta y los brazos a la espalda, y entraba preguntando: "¿Quién es aquí el que va a ser operado?". Cuando le respondieron, añadió el hombre del carrito: "Ah, no se preocupe, las operaciones no son nada. Te llevan a una habitación en la que todo parece un carnaval: todos, menos el enfermo, van tapados con máscaras; te duermen y cuando te despiertas ya está todo hecho. Además, por mucho que le hagan, más me han hecho a mí". Y, diciéndolo, enseñó sus brazos: el derecho estaba cortado por el codo y el izquierdo parecía cortado por la muñeca, con una especie de muñón convertido en dos dedos deformes y gordísimos. "¿Ve Ud.? -añadió- Pues yo tan contento". Y luego, retirando la manta que cubría su parte inferior, añadió sonriendo: "Ahora vamos a mostrarle a Ud. mi carnet de conducir, de primera especial". Y vimos sus dos piernas cortadas por la rodilla. Y le oímos añadir con asombro: "El resto de las piernas lo tengo en la cama para que descanse un rato".
Ahora sí que no salían de su asombro mis amigos. Y más cuando le oyeron añadir: "Hay quien dice que es para desesperarse, porque desde los catorce meses (cuando aún no había soltado el biberón) no han dejado de cortarme trozos de carne. Pero yo, la verdad, tan contento. Quienes tendrán peor suerte serán los gusanos, que se van a llevar un gran chasco cuando yo me muera. Les va a pasar lo que dice el refrán: `El que come el cocido antes de las doce...´".
Aún me falta por contar lo más sorprendente. Y es que todo eso no eran palabras, ni fanfarronería. De aquel hombre salía un permanente chorro de simpatía. De hecho, en torno a él se creó en el hospital una especie de casinillo con una inexplicable unión de enfermos, acompañantes y personal sanitario, hasta el punto de que quien tenía que salir a la calle se pasaba por las habitaciones de los demás para preguntar si alguien necesitaba algo; quien tenía televisión invitaba: "¿Quién quiere ver la telenovela? ¿O el partido? ¿O el telediario?". Es decir: una especie de red de caridad surgió entre todos, contagiosamente.
Más tarde mis amigos supieron que "el hombre que cantaba villancicos" vendía el cupón de los ciegos en un pueblo de la provincia, pues pensaba que su mayor pena era que la gente le llamara inválido o que pensara que comía sin trabajar. ¿Inválido un hombre con tal cantidad de alma?
Te dejo como reflexión la conclusión del mismo Martín Descalzo: "Y es que, efectivamente, no sólo es que el hombre soporta lo insoportable, sino que también es invencible en su alma y no ha nacido dolor capaz de enturbiar un alma obstinada en ser alegre y en irradiar amor. ¿Inválidos? Inválidos son los que se creen vivos y lo hacen con amargura y sin amar a nadie".


Escrito por Marcelino de Andrés.

miércoles, diciembre 03, 2008

PARA SONIA




Amiga…
Durante muchos días
que sumados acumulan años
He compartido el tiempo
Aunque contadas veces el espacio.
Y nos hemos quejado juntas
de lo poco que se nos mueve la vida
y nos hemos propuesto locuras
que no hemos acompletado
pero están pendientes de ejecutar con maestría
ni creas que se me olvida,
también me has contado muchos chistes
que me han llenado de risas
otras veces de carcajadas ruidosas
pero que siempre tienen la intención
de proporcionarme alegrías.
Y hoy resulta que cumples años
Y yo te veo cada vez más bonita
Será que me dejas mirar la belleza de tu corazón también
Que muchos consideran infranqueable.
Pero quiero que HOY en tu día
Agradecerte con el poco corazón que a mí me queda
pero con todo él
las horas que se han convertido en días
Y los días que se han convertido en años
Pero eso no importa,
Importa el apoyo
Tu compañía
Tus risas
Tus llantos
Tus palabras
Tu consuelo
Tus triunfos
Los sube-y-bajas emocionales
Y una mención especial a nuestro gusto por la trova
Por Oceransky y nuestra próxima cita con Alejandro Filio
Para seguir celebrando la vida
Esta vida que hoy acompleta un número para ti
Pero que lo importante y lo mejor está por venir amiga
¡Muchas Felicidades!
Te dejo y pongo aquí con palabras mis abrazos acompañantes.




¡Te quiero mucho Sony!