viernes, julio 24, 2015

UN ARTE

El arte de perder no es difícil adquirirlo.
Tantas cosas parecen empeñadas
en perderse, que su pérdida no es un desastre.
Pierde algo cada día. Acepta el tumulto
de llaves de puertas perdidas, la hora malgastada.
El arte de perder no es difícil adquirirlo.
Practica entonces perder más aún, y más rápido:
lugares, nombres, y el sitio al que se suponía
que viajarías. Nada de esto será un desastre.
Perdí el reloj de mi madre, y -¡mira!- la última, o
penúltima de tres casas que amaba se fue.
El arte de perder no es difícil adquirirlo.
Perdí dos ciudades, ambas adorables. Y, más ampliamente,
algunos sitios de los que era dueña, dos ríos, un continente.
Los echo de menos, pero no fue un desastre.
-Hasta al perderte a ti (la voz bromista, un gesto
de amor) no habré mentido. Es evidente que
el arte de perder no es demasiado difícil de adquirir
aunque parezca por momentos (¡Escríbelo!) un desastre.
ELIZABETH BISHOP

miércoles, marzo 11, 2015

NO, PERO...

Pues así, no ha sido fácil estas últimas semanas, 
tampoco han sido imposibles, una serie de eventos desafortunados me tiene cansada
ofuscada, y llegó a colmarme.
Pero hoy, hay que agradecer, cumple 68 años mi madre,  
bendito Dios.
Otra cosa qué agradecer, tengo un hombre maravilloso 
a mi lado que me demuestra día 
a día y con sus bellos detalles 
lo que vale la pena de vivir.
Por la espera y porque así lo desee. Gracias de nuevo.
Ya que, no porque lo merezco, no lo agradezco.